Creencias Fundamentales.

Creemos que Jesús es el Hijo de Dios.

Jesucristo es eternamente Dios. Estuvo junto con el Padre y el Espíritu Santo desde el principio, y por medio de Él todas las cosas fueron hechas. Para la redención del hombre, Él dejó el cielo y se encarnó por el Espíritu Santo a través de la virgen María; de este modo, Él es para siempre un solo Cristo con dos naturalezas—Dios y hombre—en una sola persona.

Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios.

Afirmamos que la Biblia, que contiene el Antiguo y el Nuevo Testamento, es únicamente la infalible y inspirada Palabra de Dios, y que su autoridad es última, final y eterna. No puede añadirse, restarse ni sustituirse en ningún aspecto. La Biblia es la fuente de toda doctrina, instrucción, corrección y reprensión. Contiene todo lo necesario para la guía en la piedad y en la conducta cristiana práctica.

Creemos en la Trinidad.

Es el testimonio tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento y de la Iglesia Cristiana que Dios es tanto Uno como Trino. La revelación bíblica da testimonio de que solo hay un Dios y que Él existe eternamente en tres personas—Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Creemos en la Persona, los dones y el poder del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es Dios, el Señor y dador de vida, quien estuvo activo en el Antiguo Testamento y fue dado a la Iglesia en plenitud en Pentecostés. Él capacita a los santos para el servicio y el testimonio, limpia al ser humano de la antigua naturaleza y nos conforma a la imagen de Cristo. El bautismo en el Espíritu Santo, posterior a la conversión, libera la plenitud del Espíritu y se evidencia por los frutos y los dones del Espíritu Santo.

Creemos en el matrimonio bíblico.

Creemos en el amor incondicional para todos, manteniéndonos firmes en nuestra lealtad a la Santa Palabra de Dios. Creemos que, debido a que Dios, nuestro Creador, estableció el matrimonio como una institución sagrada entre un hombre y una mujer, la idea de que el matrimonio es un pacto solo entre un hombre y una mujer ha sido la definición tradicional de matrimonio a lo largo de toda la historia humana ("Definición Tradicional del Matrimonio"). Debido a la importancia histórica de la Definición Tradicional del Matrimonio para los seres humanos, sus relaciones y comunidades, y, lo más importante, el hecho de que Dios ha ordenado que el matrimonio sea entre un hombre y una mujer, como se transmite claramente en las Escrituras infalibles de Dios, como por ejemplo en Mateo 19:4-6, donde al hablar del matrimonio Jesús se refirió al hecho de que "el que los hizo al principio los hizo hombre y mujer", la Iglesia establece esta política, que se conocerá como la "Política de Matrimonio."

MAS

La Trinidad.

2 CORINTIOS 13:14 | JUAN 1:14 | MATEO 28:19 | MATEO 3:16-17

4o mini

Dios el Padre.

Dios el Padre es el creador y sustentador de todas las cosas, y creó el universo con amor. Creó al hombre a Su propia imagen para tener comunión con Él y llamó al hombre de nuevo a Sí mismo a través de Cristo después de la rebelión y caída del hombre.

2 TIMOTEO 3:16 | HEBREOS 4:12 | 1 PEDRO 1:23-25 | 2 PEDRO 1:19-21

4o mini

El Hijo Jesús.

Jesucristo es eternamente Dios. Estuvo junto con el Padre y el Espíritu Santo desde el principio, y por medio de Él todas las cosas fueron hechas. Para la redención del hombre, Él dejó el cielo y se encarnó por el Espíritu Santo a través de la virgen ; de este modo, Él es para siempre un solo Cristo con dos naturalezas—Dios y hombre—en una sola persona.

El Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es Dios, el Señor y dador de vida, quien estuvo activo en el Antiguo Testamento y fue dado a la Iglesia en plenitud en Pentecostés. Él capacita a los santos para el servicio y el testimonio, limpia al hombre de la vieja naturaleza y nos conforma a la imagen de Cristo. El bautismo en el Espíritu Santo, posterior a la conversión, libera la plenitud del Espíritu y se evidencia por los frutos y dones del Espíritu Santo.

1 CORINTIOS 12:1-11 | LUCAS 11:13 | JUAN 7:37-39, 14:16,17, 16:7-14 | HECHOS 2:1-18

Las Santas Escrituras (Biblia).

Afirmamos que la Biblia, que contiene el Antiguo y el Nuevo Testamento, es únicamente la infalible e inspirada Palabra de Dios, y que su autoridad es última, final y eterna. No puede ser añadida, restada ni reemplazada en ningún aspecto. La Biblia es la fuente de toda doctrina, instrucción, corrección y reprensión. Contiene todo lo necesario para la guía en la piedad y en la conducta cristiana práctica.

2 TIMOTEO 3:16 | HEBREOS 4:12 | 1 PEDRO 1:23-25 | 2 PEDRO 1:19-21

La Expiación.

La muerte vicaria de Cristo en la cruz pagó la pena por los pecados de todo el mundo, pero sus beneficios solo son aplicables a aquellos que reciben a Jesús como su Salvador personal. La sanidad—cuerpo, alma y espíritu—y todas las provisiones de Dios para Sus santos, están provistas en la expiación, pero deben ser apropiadas.

HECHOS 4:12 | ROMANOS 4:1-9, 5:1-11 | EFESIOS 1:3-14

La Caída del Hombre.

Creemos que el hombre, en su estado natural, es un pecador—perdido, deshecho, sin esperanza y sin Dios. Como la creación más preciosa de Dios, Él dio lo mejor de Sí mismo por cada ser humano que haya nacido, pero depende de cada individuo recibirlo.

ROMANOS 3:19-23 | GÁLATAS 3:22 | EFESIOS 2:1,2,12

Bautismo del Espíritu Santo.

Creemos que el bautismo en el Espíritu Santo, con la evidencia principal de hablar en otras lenguas como el Espíritu da la habilidad, es para todos los creyentes, tal como lo prometieron Juan el Bautista, Jesús y Pedro. El cumplimiento de esta promesa fue testificado por los primeros discípulos de Cristo y opera en muchos discípulos actuales de Jesucristo.

1 CORINTIOS 14 | MATEO 3:11 | HECHOS 1:4-8 | HECHOS 2:38-41 | HECHOS 2:4, 10:44-47, 19:1-6

La Salvación.

La Palabra de Dios declara claramente que la salvación es un regalo gratuito de Dios, basado en los méritos de la muerte de Su Hijo, y se apropia por medio de la fe. La salvación se lleva a cabo mediante el arrepentimiento personal, la creencia en el Señor Jesús (justificación), y la aceptación personal de Él en la vida como Señor y Salvador (regeneración). La nueva vida en Cristo incluye los privilegios de adopción y herencia en el reino del Hijo amado de Dios. La salvación es un acto de libre albedrío en respuesta al amor personal de Dios por la humanidad. Está predestinada solo en el sentido de que Dios, a través de Su omnisciencia, conoció de antemano a aquellos que lo elegirían. Está asegurada en el compromiso eterno e inmutable de Dios, quien no miente y es siempre el mismo. La salvación debe producir un estilo de vida activo de obediencia amorosa y servicio a Jesucristo, nuestro Salvador.

HECHOS 4:12 | ROMANOS 4:1-9, 5:1-11 | EFESIOS 1:3-14

La Vida Cristiana.

Creemos que las Escrituras retratan la vida del santo en este mundo como una de equilibrio entre lo que se nos imputa como cristianos y lo que se nos imparte según nuestra fe y madurez. Por lo tanto, la provisión de Dios para Sus hijos es total, y las promesas son definitivas y para siempre. Las limitaciones del individuo y de la Iglesia se deben a la santificación aún en progreso de los santos. La vida cristiana está llena de pruebas, desafíos y lucha contra un enemigo espiritual. Para aquellos que permanecen en Cristo hasta su muerte o Su regreso, las promesas de bendición eterna en la presencia de Dios están aseguradas. Permanecer fiel a través de todas las circunstancias de la vida requiere dependencia del Espíritu Santo y una disposición a morir a los deseos y pasiones personales.

La Iglesia.

El objetivo de la Iglesia es cumplir con la Gran Comisión (Mateo 28:19), hacer discípulos de todas las naciones y presentar a los santos completos en Cristo. El ministerio de cinco aspectos de Efesios 4 gobierna la Iglesia, los oficios de anciano y diácono, así como otros oficios mencionados en las Escrituras. La política de la Iglesia es un equilibrio entre la autoridad de la congregación y la del ancianato, enfatizando la autoridad final del liderazgo de la Iglesia. Es esencial para la vida de la Iglesia que se practiquen los patrones bíblicos de disciplina y que la supervisión de la disciplina de la Iglesia, tanto individual como colectiva, sea ejercida por el liderazgo de la Iglesia.

Sanidad Divina.

Creemos que Dios ha utilizado a los médicos, medicamentos y otros medios naturales como canales de sanidad; sin embargo, también creemos que la sanidad divina es provista para los creyentes en la expiación realizada por la sangre de Jesús derramada en la cruz. Creemos que la sanidad divina puede recibirse mediante la imposición de manos por los ancianos, por la oración de una persona ungida y dotada por el Espíritu Santo para sanar a los enfermos, o por un acto directo de recibir esta provisión por fe.

ISAÍAS 53:5 | 1 PEDRO 2:24 | SANTIAGO 5:14-16 | 1 CORINTIOS 12:9 | MARCOS 11:23,24

Bautismo y Comunión (Ordenanzas).

La Palabra de Dios impone a la Iglesia dos ordenanzas perpetuas del Señor Jesucristo. La primera, el bautismo, es la señal exterior de lo que Dios ya ha hecho en la vida del individuo y es un testimonio para todos de que la persona ahora pertenece a Jesús. Es una identificación con Jesús y se lleva a cabo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. La Cena del Señor es una conmemoración de la muerte del Señor y se hace en memoria de Él hasta que Él vuelva; es una señal de nuestra participación en Él. Ambas instituciones están restringidas a aquellos que son creyentes.

MATEO 28:19 | 1 CORINTIOS 11:24-26

Escatología.

Afirmamos la venida corporal, personal y segunda del Señor Jesucristo, la resurrección de los santos, el milenio y el juicio final. El juicio final determinará el estado eterno tanto de los santos como de los incrédulos, basado en su relación con Dios a través de Jesucristo. Afirmamos el estado final de los nuevos cielos y la nueva tierra.

Cielo e Infierno.

Creemos que las Escrituras hablan claramente sobre las doctrinas del castigo eterno para los no salvados y la salvación eterna y la felicidad completa para los salvos — un infierno literal para los no salvados y un Cielo literal para los salvos.

MATEO 25:34,41,46 | LUCAS 16:19-31 | JUAN 14:1-3 | APOCALIPSIS 20:11-15

Matrimonio.

Declaración sobre el Matrimonio. Creemos que debido a que Dios, nuestro Creador, estableció el matrimonio como una institución sagrada entre un hombre y una mujer, la idea de que el matrimonio es un pacto solo entre un hombre y una mujer ha sido la definición tradicional de matrimonio a lo largo de toda la historia humana ("Definición Tradicional del Matrimonio"). Debido a la importancia histórica de la Definición Tradicional del Matrimonio para los seres humanos, sus relaciones y comunidades, y, lo más importante, el hecho de que Dios ha ordenado que el matrimonio sea entre un hombre y una mujer, como se transmite claramente en las Escrituras infalibles de Dios, incluyendo, por ejemplo, en Mateo 19:4-6, donde al hablar del matrimonio Jesús se refirió al hecho de que "el que los hizo al principio los hizo hombre y mujer," la Iglesia crea por la presente esta política, que se conocerá como la "Política de Matrimonio".

La Definición Tradicional del Matrimonio es la única definición de matrimonio que será reconocida o aceptada. Ningún anciano, empleado o cualquier persona, corporación, organización o entidad bajo la dirección o control de esta Iglesia deberá cometer ningún acto u omisión, ni tomar ninguna decisión que sea inconsistente con, o que pueda ser percibida por cualquier persona como inconsistente con, el pleno apoyo de la Política de Matrimonio de esta Iglesia y la estricta adherencia a la Definición Tradicional del Matrimonio en lugar de cualquier alternativa a la Definición Tradicional del Matrimonio.

La Política de Matrimonio de esta Iglesia prohíbe específicamente actos u omisiones, incluyendo pero no limitándose a permitir que cualquier activo o propiedad de la Iglesia, ya sea propiedad inmueble, propiedad personal, propiedad intangible, o cualquier propiedad o activo de cualquier tipo sujeto a la dirección o control de la Iglesia, sea utilizado de cualquier manera que sea o pueda ser percibido por cualquier persona como inconsistente con la Política de Matrimonio de esta Iglesia o con la Definición Tradicional del Matrimonio, incluyendo pero no limitándose a permitir que las instalaciones de la iglesia sean utilizadas por cualquier persona, organización, corporación o grupo que utilice tales instalaciones para transmitir, intencionalmente o por implicación, lo que podría ser percibido como una impresión favorable sobre cualquier definición de matrimonio distinta a la Definición Tradicional del Matrimonio.

Creemos que la Política de Matrimonio de esta Iglesia se basa en la voluntad de Dios para la vida humana, tal como se nos transmite a través de las Santas Escrituras, sobre las cuales esta Iglesia ha sido fundada y anclada, y esta Política de Matrimonio no estará sujeta a cambios mediante voto popular; referéndum; la opinión prevaleciente de los miembros o del público en general; la influencia o interpretación por parte de cualquier autoridad gubernamental, agencia u acción oficial; o desarrollos legales a nivel local, estatal o federal.